PUNTA DEL ESTE.- Yerba con palo o sin palo, bombilla gruesa o fina, porongo de boca ancha o chica. El mate evolucionó de forma muy diferente en las dos márgenes del Río de la Plata.
En Punta del Este se puede reconocer claramente si el mate en cuestión es uruguayo o argentino. Ads by
En una convivencia pacífica, ambos mates circulan en rondas, pero hay una barrera imaginaria que, en la mayoría de los casos, no deja ver a un uruguayo tomando mate argentino y viceversa. Sin embargo, todos reconocen haber probado el mate del país vecino, pero se quedan con el propio.
“Mate uruguayo, siempre. ¿Por qué? Porque soy uruguayo. Tengo grandes amigos argentinos, he tomado mate argentino y creo que el mate nuestro es más fuerte. Primero porque la yerba es más fuerte. Otra característica es que el mate nuestro dura más tiempo. Podemos tomar dos o tres termos con un mate”, dijo José María Arechavaleta, de 51 años.
“Por otro lado, nosotros le vamos dando vuelta. El mate argentino queda como una sopa. Creo que eso pasa porque tiene palitos”, agregó.
A pocos metros del uruguayo, también descansando en la playa Bikini de Manantiales, Carolina Oneto, de 55 años, defiende al de nuestro país. “Siempre mate argentino. Lo probé al uruguayo, pero por empezar, la yerba de acá no tiene nada que ver la yerba argentina. Son como dos razas de yerbas distintas. Desde el color, el sabor y la sensación. La yerba argentina tiene como un sabor más intenso que el que tiene la uruguaya”, dijo.
Consultada por LA NACION , Karla Johan , sommelier de mate, explicó: “Uruguay no es productor de yerba mate, pero si el país con mayor índice de consumo per cápita en el mundo, con casi 10 kilos por persona por año y su principal proveedor es Brasil. En la Argentina el promedio de consumo es de siete kilos y se consume la que se elabora en el norte del país”.
“Probé el mate uruguayo, pero por empezar, la yerba de acá no tiene nada que ver con la yerba argentina. Son como dos razas distintas. Desde el color, el sabor y la sensación. La yerba argentina tiene como un sabor más intenso que el que tiene la uruguaya”, dio su veredicto Virginia Francisco, de 52 años, y que también estaba en la playa Bikini.
“Probé la yerba de acá porque algunas veces y me quedé sin la yerba que traje de la Argentina y cuando compré la uruguaya no me pude adaptar, directamente. Es como otra experiencia”, sumó.
Cecilia Saucedo también está con su propio mate en la playa y para ella no hay como el uruguayo. “No sé si por costumbre, pero me quedo con el mate uruguayo. No sé si lo preparan distinto. Sí veo que los argentinos utilizan un mate distinto o esos vacitos de cerámica. También no hacen la pila (acomodar la yerba) diferente. A mí me gusta más el mate original”, dijo a LA NACION. Y agregó: “La yerba argentina tiene palitos, la que yo uso es una uruguaya más suave”.
Sobre la yerba, Johan explicó: “La yerba mate argentina tiene la característica de ser elaborada con palos (máximo 30%), una humedad permitida del 3% y un estacionamiento natural (entre nueve y 24 meses en promedio). En cambio en Uruguay se consume una yerba mate con un alto porcentaje de hojas trituradas (polvo de hojas por encima del 22%), y los palos solo constituyen el 5% del total de la mezcla. También es más húmeda con el 6%, y un estacionamiento natural (máximo nueve meses)”.
“Si partimos de la base de que en Uruguay no se produce yerba mate por cuestiones climáticas, es interesante estudiar el comportamiento que tienen con respecto al mate. El uruguayo tiene una costumbre muy particular y arraigada en su cultura: ‘el mate y el termo’. Lo consumen principalmente en el desayuno y a media tarde. También pasa a ser un ‘aperitivo’ antes de almorzar o cenar, principalmente los domingos, cuando se prepara la comida familiar. En la Argentina, en cambio, el mate es más social, se destaca la famosa ‘ronda de mate’ donde se comparte la bombilla”, agregó la sommelier.
Las diferencias se acentúan con el mate y la bombilla
“El 90% de nuestros mates son porongos. Los de ustedes son todos matecitos de cerámica, goma, madera. Nosotros mantenemos la tradición”, dijo Arechavaleta. Y agregó: “Las bombillas también son distintas. Las nuestras son más grandes y gruesas por el tipo de yerba que es más finita. Las de ustedes, en general, las bombillas terminan con un resorte fino. Otro tema, fundamental, es que el dueño del mate no permite que se lo toque otro. Solo el dueño es el que ceba y entrega el mate en ronda. En cambio ustedes, lo agarra cualquier y lo va sirviendo”.
En tanto, Oneto comparó: “Ellos, por lo general utilizan solo calabazas de mate. No vas a ver uno de vidrio o de acero o silicona como los nuestros. Los uruguayos tienen rituales distintos para preparar el mate. Creo que toman con el agua más caliente. Dejan la yerba separadita, toda una ciencia. Yo viví tres años acá hace mucho tiempo y vi cómo lo hacían. En ese tiempo tuve que tomar mate uruguayo, pero si podía me traía la yerba de Buenos Aires.
Johan dice: “En la Argentina se destacan los mates grandes de calabaza en el norte, los de madera en el sur, en las zonas rurales el mate de calabaza tipo galleta y en Buenos Aires el mate de loza, clásico porteño. Con respecto a la forma de beberlo, en la Argentina se utiliza una bombilla recta, la cual no debe moverse durante la mateada. La temperatura del agua suele tener un rango entre 75 y 80 grados centígrados”.
“En Uruguay se destaca la típica bombilla ‘pico de loro doblada’; la paletilla tiene la característica de tener los orificios más juntos, para evitar que se tape. En Uruguay la costumbre es mover la bombilla, a medida que va avanzando la mateada. El agua suele calentarse más, a veces a punto de ebullición y al pasarla al termo, suelen dejar el recipiente destapado para que se enfríe un poco. Suelen usar el mate de calabaza tipo galleta, hecho con el fruto de la hiedra legendaria bulgaris . También por la influencia de Brasil, se impusieron los mates de calabaza con formatos más grandes, con boca ancha, y forrados en cuero. Por la rivalidad entre argentinos y uruguayos, estos últimos se adjudican el mate de calabaza tipo galleta, denominado ´porongo´”.
La coincidencia
Las diferencias se cierran cuando la pregunta gira en torno a quién ceba el mate. Acá no hay dudas: debe ser una misma persona, en general el dueño.
“Los uruguayos van por todos lados con el termo bajo el brazo, cosa que no es tan habitual para los argentinos. Es común, en nuestro caso, ver a alguien en el auto cuando viaja llevar el mate. Después, el resto de los rituales como el compartir, cebar y tomar en grupo es muy parecido. Por lo general, siempre ceba la misma persona. Es un rol que se asume, es una forma de dar cariño a otros el cebar”, dijo Francisco.
Para Arechavaleta, el tema es casi una cuestión de principios: “Es fundamental que el dueño del mate no permite que se lo toque otro. Solo el dueño es el que ceba y entrega el mate en ronda. En cambio ustedes, lo agarra cualquier y lo va sirviendo”.
“También está prohibido tocar la bombilla. Solo se pude agarrar el porongo. No se puede tocar la bombilla, es una ofensa. Si alguien me quiere hacer enojar tiene que agarrar el mate, cebarlo, tocar y mover la bombilla. Ahí se acaba la amistad y la ronda”, dijo risueño pero con mirada firme y seria.
Fuente: José María Costa (La Nación)